No siempre cambiaremos el mundo pero siempre podemos cambiar nuestras mentes. Podemos aferrarnos a nuestros apegos o abandonarlos. Cuando los abandonamos, rompemos las cadenas, nos liberamos de nuestro papel de víctimas y nos abrimos a la capacidad de elegir y amar verdaderamente. Para tener relaciones amorosas es útil reconocer nuestros apegos y no hacer de ellos la condición en que se basen nuestro amor, felicidad y bienestar
«En este día pongo todo mi intento en liberar cualquier apego que provoque dolor o angustia en mi vida. Estoy dispuest@ a soltar y a recibir todo lo que la vida me tiene preparado….»