El Templo de Artemisa Efesia

EL TEMPLO DE LA DIOSA ARTEMISA.

El día de hoy   coincide como una fecha histórica  con trasfondo actualizado por los sucesos de Turquía y la barbarie  de algunos grupos religiosos sobre los restos sagrados de antiguas civilizaciones en Oriente Medio.  Esta actitud  destructiva  de las nuevas religiones  sobre las antiguas es regular en el tiempo .

En el año 356 a. C.: en Éfeso (actual Turquía) un hombre, Eróstrato, incendia el Templo de Artemisa, una de las Siete maravillas del mundo. Fue la misma noche  que, se dice, nació Alejandro Magno .  Plutarco sentenció que Artemisa estaba demasiado preocupada por este hecho como para salvar su propio templo en llamas.

El Templo de Artemisa o Artemision fue un templo ubicado en la ciudad de Éfeso, Turquía, dedicado a la diosa Artemisa, denominada Diana por los romanos. Su construcción fue comenzada por el rey Creso de Lidia y duró unos 120 años. El lugar en el que se fundó el santuario de Artemisa había sido ya objeto de veneración por las poblaciones locales que practicaban allí el culto a la Diosa madre o a Cibeles, culto al que después se asimiló el de Artemisa.

El templo de Artemisa se encontraba en una próspera región, que cruzaban viajeros y mercaderes de toda Asia Menor. Fue influenciado por varias creencias, y era un símbolo de fe para mucha gente. Los efesios adoraban a Cibeles, e incorporaron gran parte de sus creencias al culto de Artemisa. El dúo Artemisa-Cibeles distaba mucho de su equivalente romano Diana.

Ártemis o Artemisa era una de las diosas más importantes del panteón griego, identificándose posteriormente con Diana en el ámbito de la religión romana.   Salvaje, independiente y de una fuerza y belleza superiores. Así aparecía Artemisa, la diosa de la fertilidad, la caza y la guerra, en la mitología griega. Hija de Zeus y hermana gemela de Apolo, es una de las doce grandes divinidades olímpicas. Artemisa era una diosa indomable, que no sólo daba la vida, sino que también la quitaba. En su honor, y para apaciguarla, el rey Creso de Lidia mandó erigir el templo de Artemisa en Éfeso. En el interior de este santuario se hallaba la estatua de Artemisa, una obra de dos metros de altura en madera de vid revestida con plata y oro.

Artemisa, hermana de Apolo, se le rendía en Éfeso un culto en cierto modo prehelenístico, representando más la fertilidad que la virginidad que significaba para los griegos. A la diosa se la representa con una corona amurallada, símbolo de Cibeles, y, al igual que ella, la Artemisa de Éfeso era servida por esclavas llamadas megabyzae.

Una inscripción votiva mencionada por Bennet (ver enlace más abajo), que data probablemente del siglo III a. C., asocia la Artemisa de Éfeso a Creta:

Al sanador de los desastres, a Apolo, dador de la Luz a los mortales, Eutiquess le ha erigido en ofrenda [una estatua de] la Señora cretense de Éfeso, la Portadora de la Luz.
Jenofonte de Éfeso en su novela Efesíaca, del siglo II, describe la procesión que se celebraba durante la fiesta en honor a Artemisa, que discurría entre la ciudad y el templo, en una distancia de siete estadios. En el cortejo desfilaban todas las muchachas de la ciudad con elegantes adornos y los efebos. Llevaban en primer lugar los objetos sagrados, las antorchas, los cestos con ofrendas e incienso; a continuación caballos, perros y otros elementos propios de la caza.​
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Imagen actual del Templo de Artemisa en Éfeso: apenas quedan ruinas del templo original.

El templo de Artemisa se construyó en un lugar en el que, según los historiadores, se había utilizado como espacio de devoción a la diosa tierra o madre al menos desde la Edad de Bronce. De grandes dimensiones y una bella y delicada arquitectura, es considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, tal como lo describió Antípatro de Sidón, quien elaboró la famosa lista.

He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, que es una calzada para carruajes, y la estatua de Zeus de los alfeos, y los jardines colgantes, y el Coloso del Sol, y la enorme obra de las altas Pirámides, y la vasta tumba de Mausolo; pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes, esos otros mármoles perdieron su brillo, y dije: aparte de desde el Olimpo, el Sol nunca pareció jamás tan grande
Antípatro de Sidón Antología griega (IX.58)

Plinio describe el templo como de 377 pies de largo (115 m), por 180 pies de ancho (55 m), realizado principalmente en mármol, era el más grande de todo el mundo griego. Constaba de 127 columnas, cada una de 60 pies de alto (18 m), igual a 12 veces el diámetro de la base.
Tenía tres filas de columnas en la fachada occidental (con un total de 36), divididas en tres hileras de ocho columnas, dos columnas a los lados de las antas y una doble fila que dividía el gran pronaos en tres naves. La cella era alargada y estrecha, como en los templos arcaicos, y al fondo había un baldaquino, en el que se hallaba la estatua de culto, sobre los restos del altar del siglo VII aC. En la fachada posterior las columnas eran 9, y 21 a los lados.

El templo se convirtió en atracción turística, visitado por mercaderes, reyes y viajeros, que pagaban tributo a Artemisa en forma de joyas y otros bienes. Su esplendor también atrajo adoradores que formaron el culto de Artemisa. Se consideraba como lugar de refugio, tradición que se trasladó al mito con las amazonas que se refugiaron allí tanto de Hércules, semidiós de la fuerza, como de Dioniso, dios del vino.

El Templo de Artemisa fue destruido por un incendio, provocado,

El Templo de Artemisa en Éfeso, fue incendiado el 21 de julio de 356 aC por Eróstrato, que no tenía nada personal contra Artemisa o el templo, pero vio a su destrucción como un camino hacia la fama personal.

Si bien las autoridades de la ciudad prohibieron que su nombre se volviera a mencionar para que el delincuente no consiguiera su objetivo, su identidad pasó a la posteridad, pues el historiador griego Teopompo lo menciona cuando describe lo ocurrido. De hecho, su nombre se hizo tan popular que acabó dando lugar a varios términos, como el llamado “complejo de Eróstrato” o el término “fama erostrática”, entre otros.

Se descubrió que un hombre había planeado incendiar el templo de Diana en Éfeso, de tal modo que por la destrucción del más bello de los edificios, su nombre sería conocido en el mundo entero
Valerio Máximo
Modelo del Templo de Artemisa, Parque de las Miniaturas, Estambul, Turquía.
Modelo del Templo de Artemisa, Parque de las Miniaturas, Estambul, Turquía.

Alejandro Magno nació la noche en la que el templo ardía. Plutarco sentenció que Artemisa estaba demasiado preocupada por este hecho como para salvar su propio templo en llamas.

Más tarde, Alejandro ofrecería a los efesios costear su reconstrucción, a lo que se negaron, aduciendo que no era conveniente que un dios le construyera un templo a otra divinidad. Sin embargo, el templo fue restaurado tras su muerte, en el año 323 a. C.  La reconstrucción del templo es atribuida por algunos autores al rodio (o según otros, macedonio) Dinócrates, el que realizó las mediciones para la fundación de la ciudad de Alejandría, en Egipto.

Sin embargo, esta reconstrucción sería arrasada por los godos en el año 262, en tiempos del emperador Galieno. Los restos del templo se utilizaron en la construcción de edificios posteriores.

«Respa, Veduc y Thuruar, líderes de los godos, embarcaron y navegaron a través del Helesponto hacia Asia. Allí arrasaron varias populosas ciudades y prendieron fuego al renovado templo de Diana en Éfeso

 En Hechos 19.23-40 se relata la visita de Pablo a Éfeso, y el alboroto que se formó cuando oyeron a Pablo predicar el Evangelio de Cristo, puesto que hablaba de un solo Dios y prohibía las imágenes, tal y como la propia ley de Dios nos manda. En este punto, los artesanos, que hacían imágenes de la diosa Artemisa, se enfrentaron a Pablo y sus seguidores, para evitar que se fuera al traste su negocio y su cultura, dando vivas a la diosa. Esto aclara bastante el sentimiento que la sociedad pagana tenía a sus dioses, pero en particular a la «Reina del Cielo – Madre de Dios».

Existe una referencia en el Nuevo Testamento al templo de Diana de los Efesios, lo cual nos ayuda a percibir que se hacían figurillas de este templo (posiblemente a escala) para su venta, y el fervor que los Efesios de ese tiempo tenían por su edificio.

Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, el cual hacía de plata templecillos de Diana, daba a los artífices no poca ganancia; a los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia; y veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino á muchas gentes de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo. Oídas estas cosas, llenáronse de ira, y dieron alarido diciendo: ¡Grande es Diana de los Efesios!

A lo largo de los dos siglos siguientes la mayoría de los efesios se convirtieron al cristianismo y el antiguo templo perdió su interés religioso. Los cristianos derribaron los restos del edificio y reutilizaron los materiales para otras construcciones, actualmente se pueden apreciar algunas columnas helenísticas del templo de Artemisa como parte de Santa Sofía en Estambul.

Muy poco queda del templo su ubicación fue descubierta en 1869, y las excavaciones comenzaron entonces. Varios artefactos fueron excavados, y se encuentran hoy en el Museo Británico de Londres. En cuanto al sitio en Efeso, sólo una columna reconstruida está solo hoy, un conmovedor recordatorio del templo grandioso y brillante cuya significación religiosa y arquitectónica convertida en una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

En los Hechos de los Apóstoles, cuando los herreros efesios se sintieron amenazados por las prédicas de la nueva fe que hacía Pablo, se alzaron en fervorosa defensa de la diosa, gritando:

«¡Grande es Artemisa de los efesios!»

Joseph Werner : Diana de Éfeso como una alegoría de la naturaleza , alrededor de 1680

FUENTES:

Espero que encontréis aquí un lugar para aprender y compartir opiniones y experiencias. Agradecemos la lectura y difusión de #EL SANTUARIO DEL ALBA

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About Post Author

Maria Mercedes

Cosmopolita. Soy gnostica de raíces cristianas , mi parte pagana es mi amor incondicional a la Madre Tierra. No Teista y universalista. Anti-dogmatica por naturaleza- Políticamente humanista.

4 Respuestas a “El Templo de Artemisa Efesia”

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