El dios Cernunnos, el Guardián del Bosque Verde
Hubo un tiempo en el que los bosques eran sagrados y la vida de los seres humanos latía al ritmo de las estaciones. En Europa, los últimos representantes de esa época fueron los celtas, pueblo místico de orfebres, carpinteros, guerreros y poetas.
Podríamos decir que los europeos fuimos vecinos de un mismo bosque y que toda Europa era el país de los árboles y nosotros, habitantes e indígenas de aquella selva que proveía lo necesario para nuestra subsistencia e inspiraba nuestras más profundas creencias y formas de entender la vida.
Ignacio Abella, “La memoria del bosque. Crónicas de la vieja selva europea.
La mitología celta y el druidismo guarda un profundo sentido de equilibrio y respeto a la naturaleza. En esta cultura se creía que espíritus menores estaban encargados de cuidar la fauna y la flora de los bosques y cada elemento natural; estos son llamados elementales, entre los que están: las sílfides (aire), gnomos (tierra), salamandras (fuego), ninfas (agua) entre otros. Sobre ellos estaban dioses o reyes de los seres feericos como, Esus, Lugh, Brighid, Morrigan, entre otros.
Cernnunos es el dios de los árboles protector de los bosques, a su cargo se encuentran muchos elementales tanto de tierra, agua y aire. Es el encargado protector de los animales y dador de la fertilidad a la parte masculina del universo . En su faceta como el guardian verde es un dios de la vegetación y de los árboles, también es el dios de la lujuria y la fertilidad cuando se asocia con PAN, el sátiro griego.
Cernunnos es uno de los dioses celtas al cual se le atribuía el don de la fertilidad, lujuria, virilidad, renovación, abundancia y regeneración, este dios es representado como una figura masculina con cuernos de ciervo, piernas cruzadas y barbado sujetando a una serpiente, además también se consideraba el amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos, teniendo como características principales la fuerza, poder y paternidad, por lo que se le confundía con el dios Apolo y el dios Mercurio.
Las informaciones exactas sobre el panteón celta provienen de los romanos. No existen textos sagrados para la cultura celta, ya que sus sacerdotes, los druidas, mantenían enseñanzas exclusivamente orales. Por lo que se desconoce el nombre exacto que los antiguos celtas daban a la mayor parte de sus dioses incluyendo al dios astado Cernunnos.
Las historias irlandesas describen Cernunnos como el hijo del dios Lugh. Es asociado en Irlanda con la deidad Derg Corra. A Cernnunos le llaman el cazador salvaje, el guerrero, y el poeta. Los celtas lo conocían también como El Hombre Verde o El Guardián del Mundo Verde. Los druidas, un grupo de sabios y filósofos celtas, lo conocían como Hu Gadarn, el Dios Astado de la fertilidad, era el Gran Padre o Hu’Gadarn y Hu Gadam. Se identifica también con otros nombres, como San Bretón, Telo, Edern y Kornely. En el continente poseía otros nombres asociados como Kernunnos, Cernowain, Belatucadrus (Origen de todo) o incluso Vitiris (el que fecunda). El romano Julio Cesar lo llamó Dis galli Pater (el padre de todos los Galos), luego este apelativo se vio reducido simplemente a Dis pater. Los romanos lo identificaron como su dios Mercurio /Hermes en Grecia. De todos estos nombres y otros menos conocidos como Cerne, se desprende que este dios era pan-céltico, es decir, común a la mayoría de los pueblos celtas.
Cernunos, el dios ciervo de los galos, es una de las más viejas y populares divinidades de la Galia céltica. Cernunnos es un dios complejo y de gran alcance, aunque no debió ser jefe del panteón céltico. Es un miembro de Tuatha de Danaan, sin embargo, su ubicación exacta en el árbol genealógico de los dioses celtas es un tema de debate. Miranda Green lo describe como un «dios pacífico de la naturaleza y la fecundidad».
La poderosa y arcaica imagen de Cernunnos, como el dios Cornudo, el dios Ciervo, procede de la época paleolítica. Puede ser una entidad precelta pues encontramos imágenes de él en toda Europa. El culto a esta figura se extendió desde Irlanda hasta Rumania. Las primeras representaciones conocidas de Cernunnos se encontraron en Val Camonica , en el norte de Italia, que estaba bajo ocupación celta desde aproximadamente 400 aC. Se han encontrado representaciones de este dios también en París, Alemania, Italia y España. Respecto a la relación gráfica y mitológica entre el ciervo y el bosque, es preciso decir que se trata de un tema muy extendido.
El carácter sagrado del ciervo en muchas culturas se explica por su relación simbólica con la regeneración de la vegetación en concreto y de la naturaleza en general, y sus cuernas evocan también cierta forma de hibridación animal-vegetal. Tanto en euskera como en francés la cornamenta arboriforme del ciervo se denomina igual que la rama o madera del árbol (adar = cuerna, rama); y bois = cuerna, madera y bosque). […]
Y si hablamos de representaciones ambiguas árbol-hombre-ciervo, hemos de referirnos al famoso hechicero cornudo de la cueva de Les Trois Freres pintado hace 15.000 años y a todos los personajes travestidos de vegetales o animales en fiestas y rituales tradicionales de gran antigüedad. […] Ciertamente son muy comunes las imágenes esquemáticas de antropomorfos a los que parecen se les añadieran miembros-ramas, pero no puede generalizarse esta interpretación a todos los casos. Por otra parte, existe una ambigüedad, quizá deliberada, en muchas representaciones que parecen mostrarnos seres mitad hombre mitad árbol, o mitad árbol mitad ciervo.”
Ignacio Abella, “El gran árbol de la humanidad”
En la Península Ibérica, hay hallazgos notables que atestiguan su culto.
En la Península Ibérica tenemos constancia de este dios gracias a un fragmento de cerámica numantino en que se ve representado al dios Cernunnos con los brazos alzados y sus características astas de venado. En la Diadema de Moñes podemos encontrar un personaje astado que podría ser Cernunnos, así como en las decoraciones de terra sigillata hispánica del alfar de El Endrinal, Bronchales, (Teruel) que muestran una figura con una máscara de ciervo.
En la península hubo un culto a un dios denominado Carnun / Candamo , que se apunta como nombre gaélico del Cernunnos galo, al cual se le representó también con cabeza de bisonte, con cabeza de cabra y con astas de ciervo. Este es uno de los dioses más conocidos, también por las tribus celtíberas, en las que lo adoraban con el nombre de Cernunnos o el dios astado.
Candamo o Cernunos eran el mismo dios pero nombrado de manera diferente, es el dios de la caza, de la vegetación, de los animales, de lugares fronterizos y de los bosques. En Asturias, hay lugares que llevan su nombre por este dios, como el concejo de Candamo o el pueblo de Coro, Candamín, Candás etc.. Una de las cosas más características de los astur celtas era que llevaban un torque en el cuello característico de esta deidad, ya que siempre se le representa con uno en la mano. Este dios evolucionó en la mitología asturiana adoptando el nombre de Busgosu, o el Musgosu cántabro, ambos cornudos señores del bosque.
Algunas teorías apuntan a decir que Cernunnos era un dios anterior a las culturas agrarias y sedentarias, y que habría sido el dios propio de las culturas cazadoras que veían en esta deidad ese nexo constante con los cánidos y las presas como los ciervos. Sea cierto o no, es imposible borrar el halo de atemporalidad de este dios, que parece haberse mantenido inalterado desde la noche de los tiempos.
Aún podemos encontrar vestigios de este dios en todo el folklore europeo.
El dios Ciervo Cernnunos, el Gran Cornudo
Cernunnos «el Cornudo» es el espíritu deificado del animal macho astado. Su rasgo más particular son los cuernos de ciervo. El significado de Cernunnos en gaélico e inglés antiguo e irlandés es «el cuerno o el que tiene cuernos». Etimológicamente el nombre de Cernunnos está compuesto por el lexema cern– (de raíz proto indoeuropea *krno-, significa cuerno) y el aumentativo –on (el grande), dando como significado “el gran cornudo”.
“El culto al ciervo entre los celtas estuvo ligado al dios Cernunnos, dios de la caza y Señor de los animales salvajes. Como criatura totémica, el ciervo representa la fuerza, y también el renacer y el rejuvenecimiento de la estirpe del guerrero (el cambio de cuernas como armas naturales del animal). Este hecho evoca el paso de la adolescencia a la madurez del guerrero, el tiempo de los ritos de iniciación y los desafíos para mostrar el valor. […] El ciervo macho esta relacionado con las corrientes místicas del Ygdrassil (Árbol Cósmico escandinavo). Al parecer, para los chamanes, el ciervo, o en concreto, su cornamenta, simbolizaba el acceso a los nueve mundos (es decir, a los nueve diferentes niveles de la sabiduría chamánica). Los chamanes solían vestir cornamentas de ciervo cuando alcanzaban el máximo nivel de sabiduría.”
Heathenpride, “El ciervo”
Existe una historia irlandesa en la cual Conall Cernach (Cernunnos) es un héroe divinizado y antepasado de los irlandeses. Conall Cernunnos se dispone a salvar a la esposa de Fraech, a sus hijos y a su ganado de las garras de una tribu feroz y terrible. Conall conoce a una anciana que le dice que debe hablar con una pastorcilla. La pastora, que es una adivina, dice que el fuerte donde se esta presa la esposa de Fraech estaba custodiada por una serpiente, pero se comprometió a dejar la puerta abierta para ellos. Cuando atacaron el fuerte, la serpiente saltó a la correa de Conall, y no le hizo daño. Liberaron a la familia de Fraech, se llevaron todo el ganado y el tesoro, y regresaron a Irlanda.
El detalle de la serpiente en el cinturón de Conall nos recuerda el que sostiene el Dios neolítico Cernunnos, así como el poder de controlar o tener a la serpiente rodeando la cintura nos lleva a una imagen recurrente en la mitología celta. La relación entre el dios cornudo de los celtas y la serpiente simboliza el poder que posee Cernunnos sobre los poderes del inframundo. Es el que marca el camino y quien protege a la gente.
Los hombres que no son capaces, como Cernunnos, de controlarse están a merced de la serpiente. Cernunnos es el dios de la conquista del mundo ctónico, el equilibrio (libra), la luz equilibrada del equinoccio de otoño, el poder entre este mundo y el Otro Mundo.
El dios Ciervo, es una representación de antiguos cultos animistas del neolítico, incluso anteriores a los establecimientos celtas. En pinturas paleolíticas de Galia, se han hallado representaciones artísticas del dios Ciervo precursor de Cernnunos, como las imágenes de un venado de pie o un hombre con traje de ciervo. Ciertos investigadores opinan que Cernunnos representaría un «dios ciervo» que podría relacionarse con un tótem de tribus cazadoras. Otros lo limitan a funciones de protector de los animales dotados de cuernos.
Los dioses cornudos son siempre dioses de sabiduría y poder. Su naturaleza es esencialmente terrenal. Sus grandes astas o cuernos también manifestaban la grandeza de la ramificación de los árboles, los cuales para el dios representaban lo más sagrado de la naturaleza: eran un símbolo de sabiduría y poderío que todo hombre debía respetar. Él es el que domina a los feroces lobos, y aúlla desde la montaña. El que logra que los más peligrosos depredadores se tranquilicen solo con su presencia, o él que puede lanzarlos contra sus enemigos
Cernunnos es la representación del espíritu protector de los animales y de la caza. La cornamenta de su cabeza es símbolo de majestuosidad, de Rey de los bosques a los que protege. Pero también es el dios de la caza. Razón por la que los celtas sabían que si cogían más de lo necesario del bosque enojarían a su dios, y serían malditos, con una pésima caza. Pese, a todo el “Señor del Bosque”, ha sido considerado el protector de los cazadores desde tiempos inmemorables.
Los dominios de Cernnunos son los bosques. Desde el más alto y orgulloso de las arboles hasta el más insignificante musgo, pasando como no, por todos los animales salvajes. Con el tiempo evoluciono hasta transformarse en un dios que también otorgaba las bondades de los frutos, y de la tierra en general. Los celtas elevaban oraciones a Cernunnos para que la cacería fuera fructífera y las cosechas abundantes.
Los dioses cornudos, por su carácter ctónico y lunar, por su dominio sobre el Inframundo, tienen el poder sobre la fertilidad de campos y animales. Para los celtas Cernnunos era el dios de toda la naturaleza y estaba emparentado con el dios Pan, el sátiro griego. Sin embargo no es el único dios representado con cornamenta en el panteón celta. Podemos encontrar también a Camulus, dios de la guerra o Cocidius, dios de la caza y de los bosques.
Su imponente cornamenta de ciervo daba muestra de su poder y virilidad. Los cuernos de ciervo son símbolo de sabiduría y conexión con el cielo, es decir, con el mundo del espíritu, por su forma arquetípica de ramaje o copa de árbol dispuesta para recoger las fuerzas celestes. Son también signo de virilidad y fertilidad, ya que en los cuernos de los ciervos hay una serie de receptores androgénicos que se activan por la acción de la testosterona, y que hacen crecer la cornamenta a un tamaño acorde a los niveles hormonales: unos cuernos grandes, largos y retorcidos indican mayores niveles de testosterona
El ciervo adquirió categoría de sagrado entre los celtas de la Edad de Hierro. Representa las pasiones nobles y salvajes que aparecen en todo lo natural. Un amplio equilibrio entre la virilidad y la energía interior. A todo esto hay que añadir que el ciervo también era ensalzado por sus cualidades, sus capacidades para la lucha, la resistencia etc. caracteres sagrados a ojos del guerrero que admiraria y quisiera para si.
El ciervo se halla ligado al árbol de la vida por las relaciones de similitud entre ramas y cornamenta. Igual que el árbol representa la vida que crece, pierde las hojas y las recobra, se regenera a través de las estaciones como evoluciona y cambia también el Sol en su ciclo anual. En diferentes culturas es símbolo de la renovación a causa de los brotes nuevos de sus cuernos.
El dios cornudo está relacionado con la fertilidad y la regeneración ctónica (del griego antiguo χθόνιος khthónios, ‘perteneciente a la tierra’, ‘de tierra’) y es sin duda la divinidad de la abundancia y amo de los animales salvajes. El antropomorfo dios Ciervo nace en el punto de máxima inflexión del solsticio de invierno y de acuerdo a las normas del ciclo vital, muere en el punto álgido del solsticio de verano. Muere y renace constantemente en el perpetuo ciclo de la Tierra.
Las luchas entre ciervos en la época de celo debieron impresionar a los cazadores de los viejos tiempos. […] Pero las astas cérvidas recuerdan también las ramificaciones del árbol, y esto también impresionó al hombre primitivo: el ciervo cambia la cornamenta en otoño y a partir de primavera desarrolla una nueva. Esto pudo dar pie a la idea de renovación y rejuvenecimiento, algo parecido a un poder de regeneración, que surgía del rey del bosque, el ciervo.”
Marta Rí Fénnid, “Los animales como fuerzas sagradas”
Los atributos que nos han llegado de este dios nos hacen conocer algunas de sus funciones. La simbologia que envuelve al dios Cernunnos es la siguiente:
- El ciervo: es considerado como un signo de sexualidad y fecundidad en la mitología celta.
- Los cuernos: son un símbolo de poder masculino, de herramientas y de armas. También representan la naturaleza y el ciclo de la vida pues a los ciervos machos les crecen astas en la primavera lo que simboliza el nacimiento, renovación y el retorno de la vida, y luego se caen en el otoño lo que simboliza la muerte, la introspección y la hibernación.
- Torques de oro: son un símbolo de clase alta que da a entender el significado de riqueza pues se cree que este dios era muy generoso monetariamente, en agricultura y en la caza.
- Collar: está envuelto alrededor del cuello y la muñeca de Cernunnos simbolizando la unión con la energía femenina y nuevas formas de vida.
- Serpiente: representaba la mezcla de poderes y el contacto con la tierra. Era una precursora del poder femenino. El género es siempre una consideración en la aplicación de simbolismo, la serpiente celebró ambos sexos para los celta
Representaciones e iconografia del dios Cernnunos
Cernunnos es un dios pancéltico y encontramos imágenes de él en toda Europa. Es una deidad ampliamente identificada a todo lo largo del mundo celta, desde el Caldero Gundestrup en Dinamarca hasta el Altar de Cernunnos desenterrado de debajo de la Catedral de Notre-Dame en los inicios del siglo dieciocho, y a través del Canal en Gran Bretaña. Hallazgos arqueológicos demuestran que fue venerado en la costas al sur de Bretaña y en las Galias Transaplina y Cisalpina.
Era una de las deidades más representadas en los antiguos relieves celtas y su iconografía es una de las menos contaminadas por las influencias romanas. Su culto está atestiguado en relieves del siglo IV AC. Cernunnos aparece como el amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada por el ramaje). A Cernnunos se le representa mayor, tiene las orejas y los cuernos de un ciervo y lleva un torque, especie de collar galo, al cuello y en la mano. Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero o simplemente, con cuernos.
La primera representación de Cernunnos que se conoce es un grabado sobre roca del siglo IV a. C. hallado en el norte de Italia, en el que aparece un dios cornudo con una tira retorcida de metal precioso conocida como torques en ambos brazos, atributo común a las figuras divinas, que normalmente llevan en el cuello. Lo acompañan una serpiente con cabeza de carnero y una figurilla con el pene erecto.
El nombre Cernunnos es de origen latino, que significa «el cornudo» y solamente aparece inscrito en el llamado «Pilar de los navegantes» (Pilier des Nautes), un monumento galo-romano encontrado bajo la catedral de Notre Dame, en París, Francia en 1711. Dicho monumento se encuentra dedicado al emperador romano Tiberio por lo que su datación se remonta hacia el siglo I a.C.2. Los romanos que ocupaban Gran Bretaña colocaron su imagen en monedas.
Una de sus representaciones más conocidas es la del caldero de Gundestrup. En Suecia se descubrió el Caldero de Gunderstup, que se considera que data del siglo I a EC, y que daría la representación más extendida de la figura de Cernunnos. Aparece en posición de meditación, junto a un oso, un lobo, una serpiente, un ciervo, un toro, un león y otros animales. En él, también aparece rodeado de varias diosas de origen desconocido. Se le representa como el donador de un altar con un cesto de vituallas, pasteles y monedas . Lleva un torque y muestra en una mano algo parecido a una bolsa mientras que en la otra sostiene una serpiente cornuda. Esta rodeado de animales como dios de la Naturaleza salvaje y de la caza que es.
Igualmente, aparecen toros junto a varias imágenes de Cernunnos, como en la placa lateral del caldero de Gundestrup (MacCana, 1983: 42-43). En el monumento de Saintes, el dios cornudo aparece con la pose búdica provisto de torques junto a una divinidad femenina. En su parte posterior, el dios se representa en la misma posición sobre un soporte en el que aparecen dos cabezas de toro. A su derecha, sobre otro soporte con el relieve de una cabeza de toro, hay un hombre desnudo (Lambrechts, 1942: 23, fig. 14). Sea como sea, lo cierto es que el Caldero de Gundestrup describe con imágenes un complejo conjunto de mitos, que sólo comenzamos a vislumbrar, en la que los toros, como símbolos de la divinidad y como animales de sacrificio, ocupan un lugar fundamental.
De Reims procede otro monumento en el que aparece Cernunnos, con torques y cuernos de ciervo, entre Apolo y Mercurio. De una bolsa que el dios tiene en las manos caen monedas hacia la base de la pieza, en la que hay relieves de un ciervo y un toro (Lambrechts, 1942: 24, fig. 10). Hemos de resaltar, no obstante, que el animal vinculado a esta divinidad es, casi siempre, el ciervo, ya que este dios se caracteriza por llevar las cuernas de este animal. El tipo de relación del toro con Cernunnos (cornudo) es, por tanto, difícil de calibrar.
Hay numerosas representaciones de Cernunos repartiendo alimentos, en ese caso simboliza la abundancia. Al ser considerado el señor del submundo, también lo es por extensión de las riquezas en forma de oro y similares minerales. Sin excluir, claro está, el dinero y la abundancia. También se han visto otras variantes donde porta una bolsa llena de monedas o donde alimenta a animales que lo rodean sacando alimento de un costal. Este atributo ligaría a Cernunnos con la abundancia y la vida simbolizado por el torque o el saco de monedas con el que a menudo se encuentra. Ambos símbolos de poder (y nobilidad) y riqueza, seguramente anhelados en la tribu.
En Gotlandia, Suecia, se halló la Piedra del Brujo de las Serpientes (Ormhäxan o Smisstenen) en la que había una figura sosteniendo una serpiente con cada mano. Y encima de él se podría ver una especie de Triskell con varias figuras entrelazadas. A menudo esta representación se ha relacionado con el Cernunnos del Caldero de Gunderstup, pero también con alguna diosa griega de las serpientes.
Cernnunos en el mismo sentido que el dios hindú Pasupati o el dios romano Silvano, Cernunnos, al ser considerado el dios de los animales (al menos los animales salvajes o de caza) está íntimamente ligado a lo que sería una deidad de los bosques. Pese a que no se sabe de altares dedicados a esta deidad ni a ninguna parecida, todo indica que habría sido honrado en los bosques mediante sacrificios (del mismo que se han hallado sacrificios al dios Silvano, en el texto de Catón “De Agricultura”) Todas estas deidades masculinas siempre son representadas con cuernos y en asociación con la naturaleza.
Cernunnos o Pasupati, el señor de las bestias
En la India existe un dios astado conocido como Pasupati, que terminó convirtiéndose en una mera representación del dios Shiva. Originalmente, en el período védico, Pasupati ―‘el amo de las bestias’― era un epíteto del dios Rudra.
Para velar sobre los animales, las plantas y también los humanos, Shiva creó a los Vidyeshvaras (maestros del saber) que aparecen como genios de los bosques, sátiros, ninfas, hadas,… Son los genios protectores de la creación. Pashupati es el jefe de tales genios y se manifiesta, a través de ellos, en todos los aspectos del mundo natural. Shiva reside en las montañas y los bosques; […] y allí, en las cavernas o en lugares aislados, se le construyen santuarios y se le llevan ofrendas. […]
Shiva dijo: El muy sagrado Pashupata yoga, el yoga de los hermanos de los animales (por el que puede realizarse la unidad de los seres vivos), y el Shankya (Cosmología que explica la estructura del mundo) han sido enseñados por mí.
(Linga Purana Cap. 34, 11-23)” Alain Danielou, “Shiva y Dionisos. La religión de la naturaleza y el eros.”
La postura sedente o de meditación. Un detalle curioso es que el dios Cernunnos es representado sentado con las piernas cruzadas en una posición que se ha dado en llamar “la posición de Buda”. Referente a esta posición, quiero hacer hincapié en que no hay nada que indique que esa forma de sentarse no fuera usada por los celtas, es decir, que no es una forma de sentarse exclusiva de las gentes del Indo. Cernunnos aparece en esta postura en el famoso Caldero de Guderstrup, en ciertos monumentos de reïms, de Vendoevres y de otras zonas.
Cernunnos también es considerado dios de la magia, pues su representación con las piernas cruzadas y ojos cerrados nos recuerda a una postura meditativa, que sumada a sus atributos de vida y muerte, asociarían a este dios a los estados alterados de conciencia y el cruce de barreras entre nuestro mundo y el mundo de los espíritus.
Cernunnos como dios de la Vida, la Muerte y de la Fertilidad
Cernunnos era también dador de vida y amo de lo más sagrado de la naturaleza. Pero así como era dios de la vida y la naturaleza también lo era de la muerte. Cernunnos era adorado como una deidad del bosque, pero también era un psicopompo (un guía de almas / espíritus) que escoltaba a los muertos a la otra vida. Los celtas creían que su canto servía a los muertos para tranquilizarlos cuando experimentaban la angustia de transitar hacia el Otro Lado. Su voz los reconfortaba y los hacía aceptar su destino.
Fue considerado el señor de los muertos. Por tener como dominios los bosques, lugares inhóspitos, donde la vida y la muerte eran y son la misma cosa. Donde la danza salvaje que nosotros llamamos vida es patente. Es el dios fundamental de la noche y de la muerte. Sus cuernos simbolizan el creciente lunar. Los Galos creían que el dios de la muerte proporcionaba la vida y el alimento a sus crueles adoradores, a cambio de víctimas inocentes, incluidos sus propios hijos. Todos los Galos se creían por ello descendientes del dios de la muerte.
Se decía que los hijos de Cernnunos eran la triada de la noche que está compuesta por el dios de las tempestades y tormentas Taranis, el dios guerrero Teutates y Ésus divinidad de la naturaleza y los bosques; a estas divinidades se les concedía sacrificios de todo tipo y en ciertos casos humanos, en los que el sacrificado consideraba su muerte como un verdadero honor. Estas divinidades sedientas de sangre, se les dio el nombre de dioses de la noche por los cronistas romanos. Lucano menciona una triada de divinidades galas: «Teutates, al que sin misericordia es preciso aplacar con sangre cruel; Esus, cuyos altares fieros producen horror, y Taranis, cuya ara no cede en espanto a la de la Diana escita»
El simbolismo del ciervo es muy amplio. Los galos usaban numerosos talismanes de cornamenta de ciervo y en enterramientos junto a hombres y caballos, se han hallado restos de ciervos, en Newgrange, lugar de enterramientos rituales de Eire y como no también en Stonehenge y Glastonbury.
Los ciervos, tanto hembras como machos, aparecen frecuentemente como animales hechizados con una especial conexión con la Madre Tierra y el Mundo de las Hadas.
En la tercera división del ciclo mitológico irlandés, que es el ciclo Fenian que cuenta las hazañas de Finn Mac Cumhaill y sus compañeros, también se describe al Ciervo como un espíritu mágico y relacionado con el viaje que realizan los muertos al Otro Mundo. Finn Mac Cumhaill, tuvo un hijo, producto de sus amores con un hada Sadv, convertida en cierva dorada, al cual nombró Oisín (pequeño ciervo), quien más tarde se transformó en un famoso guerrero, y se casó con Niamh, la del pelo dorado.
Hubo un tiempo en el que se conocían los mitos, nos ayudaban a relacionarnos con el mundo, sus seres habitaban los bosques y los hombres notaban directamente las consecuencias de sus acciones, necesitaban cuentos para vivir, para sobrevivir, para integrarse y para amar.
“Opinamos que Cernunnos es el primer padre, el dios fundamental de la noche y la muerte; sus cuernos son el creciente de la Luna, reina de la Noche. Tutatis, Taranis y Esus son sus hijos, o si se quiere, desdoblamientos suyos. (…) según la doctrina céltica tal y como la encontramos en Irlanda, el dios de la muerte perece a manos de su nieto, pero continúa vivo y reina con un nombre diferente; entre los galos, en cambio, el mito ha adoptado una forma diferente. Según el sistema que inspirara el bajorrelieve de París, el dios del crepúsculo no mata a su padre, el dios de la noche, sino únicamente la serpiente que de ordinario acompaña a este temible dios.”
Henri d’Arbois de Jubainville
Cernunnos muestra los mismos rasgos y símbolos exactos en común con el dios patrón de médicos, curanderos y magos conocidos como Hermes o Hermes Psychopomp (conductor de almas). El Hermes griego es el supuesto padre de Pan, el gran dios cornudo que hemos estudiado en artículos anteriores. El nombre Pan significa «todo» y él era el Dios de «todas las cosas», al igual que Cernunnos.
La cornamenta del ciervo así como el papel sagrado que este animal desempeña en el mundo celta podria determinarse en su medida por la capacidad de renovación al mudar su membrana exterior. La cornamenta del ciervo experimenta análoga simbologia que representaria la serpiente cuando muda su piel. La sierpe es un animal de cargado significado simbólico en el universo celta también, que recuerda las ideas de reencarnación, transmutación, renovación del ser, tan presente en la cultura que las tribus celtas compartieron.
Tanto la metamorfosis como la metempsicosis y la reencarnación estan muy presentes en el universo de la magia y religión celtas, así los guerreros celtas no temían la muerte y se lanzaban al ataque dispuestos a morir sabiendo que si morían luchando tenían asegurada la entrada al Otro Mundo donde gozarían de una vida mejorada y si eran heridos suplicaban que los matasen.
Algunas veces se lo representaba con tres rostros, o con dos personajes acólitos. Se lo representaba también acompañado por un ciervo y una serpiente con cabeza de carnero. La imagen frecuente de la serpiente con cuernos de carnero que acompaña al dios celta, lo asocia con la fertilidad y la regeneración ctónica, así como con la virilidad, prosperidad y abundanca. Otros animales que le acompañan en su rol de «Señor de las bestias» también reafirman dicho simbolismo.
Por lo general, los cuernos simbolizan agresividad y virilidad. En un cuento popular gaélico, unos viajeros comen unas manzanas que encuentran en una isla misteriosa e inmediatamente les salen cuernos. Según una leyenda histórica escocesa, a los guerreros que se preparan para el combate les nacen repentinamente estos apéndices.
Atemorizante y al mismo tiempo fascinante, la apariencia de Cernunnos, refleja el irresistible, y habitualmente mal comprendido, poder de nuestro yo primordial, ese que está encargado de la supervivencia física y que es imprescindible para mantenernos con vida. Sirve también para recordarnos el desafío que afrontamos cuando nos encontramos con nuestros impulsos animales.
Cernunnos como antecedente del Diablo
Cuando la cristianización fue un hecho, el Dios Astado se relacionó con el demonio. Los dioses ancestrales más antiguos, pasaron a ser los demonios de la nueva religión, el cristianismo. A raíz de sus cuernos (y la aparición esporádica en algunas pinturas de un gran falo, erecto) Cernunnos a menudo ha sido entendido como un símbolo de Satanás. Además, Cernunnos sería el antecedente de Herne del folklore sajón, que lideraba una especie de cabalgata salvaje, y que pudo ayudar a crear una imaginería un poco más detallada de los demonios y del Diablo.
La potente imagen del Cornudo continuó siendo una de las favoritas del pueblo, a pesar de los esfuerzos de la iglesia cristiana por eliminarla. Probablemente, esta rivalidad hizo que su adoración fuera considerada blasfema y una afrenta a la iglesia misma. Atributos del ciervo, del carnero, de la cabra o del toro eran constantes en las descripciones del diablo que realizaban los infelices reos acusados de brujería.
La antropóloga Margaret Murray señala que las brujas medievales, y las posteriores, adoraban a Cernunnos, el dios Cornudo, una antiquísima deidad con fuerte arraigo en Europa, y que poco tiene que ver con la idea del mal planteada por el cristianismo. Es interesante señalar que Margaret Murray admite que Satán, la imágen del Satán medieval, es una representación tardía de Cernunnos utilizada por las brujas en un sentido más amplio, menos maniqueo, si se quiere, pero que de algún modo las llevó a pagar el precio más alto bajo las botas de hierro de la inquisición.
Y la imagen del dios Ciervo , señor de la Naturaleza Salvaje se diluyó en los ríos y lagos de aquellos bosque a los que protegía y su amplio culto desapareció junto a los druidas de antaño por la intransigencia de Roma, esta vez, cristiana.
El Dios Astado, el Culto Olvidado del Señor del Bosque
Poco a poco los antiguos dioses fueron olvidados y el hombre occidental dio la espalda a la Naturaleza definitivamente. Estudiando otras culturas donde las costumbres se han preservado por escrito, podemos vislumbrar cómo debieron haber sido sus rituales. El jefe o chamán de la tribu celebra un rito sagrado destinado a traer fertilidad y abundante caza a su pueblo. Disfrazado de animal, danzando a la luz de la hoguera, imita el movimiento y el comportamiento del animal que se pretende cazar. Los cantos y el ritmo de los tambores le inducen un trance, pasando la forma humana a un segundo plano y surgiendo la belleza del alma animal. En estas circunstancias el chamán, o la chamana, se transforman y en su cuerpo entra su dios animal totémico.
El culto a Cernunnos difundido en la antigüedad ha desaparecido y las oraciones que los celtas empleaban en él están perdidas para siempre. Se cree que se le hacían ofrendas de carnes de caza y sacrificios en su honor para que fuese favorable en la fertilidad. He encontrado esta oración en la red, de autoria anónima.
ORACIÓN A CERNUNNOS
Dios de lo verde,
Señor del bosque,
Te ofrezco mi sacrificio.
Te pido tu bendición.
Tú eres el hombre en los árboles,
El hombre verde del bosque,
El que trae vida a la primavera naciente.
Tú eres el ciervo en celo,
El que porta cuernos poderosos,
El que vaga en el bosque otoñal,
El cazador rodeando el roble,
Las cornamentas del ciervo salvaje,
Y el alma derramando sobre
La tierra cada estación.
Dios de lo verde,
Señor del bosque,
Te ofrezco mi sacrificio.
Te pido tu bendición.
En el presente, las religiones neopaganas —la más notable de ellas es la Wicca— manifiestan una franca admiración hacia esta deidad reviviendo incluso el culto a ella mediante ceremonias y cantos especiales. El dios astado es la principal deidad adorada en la corriente espiritual Wicca, en contrapunto con la Triple Diosa. El Dios Astado es venerado como el Dios, esta divinidad sintetiza una serie de dioses astados de varias culturas.
El Dios Cornudo refleja las estaciones del año en el ciclo anual de la vida, la muerte y el renacimiento. Él representa algunos de los aspectos fundamentales de la vida, y es el señor de la mitad oscura del año. La Rueda Anual representa la relación entre el Dios Astado y la Diosa. El Dios Cornudo nace en invierno, fertiliza a la Diosa en verano y luego muere en los meses de otoño para luego renacer por la Diosa en Yule. Él alterna con la diosa de la luna al gobernar sobre la vida y la muerte.
Este relato mítico de la Diosa y de su hijo-amante estuvo presente en todas las culturas agrícolas del Neolítico (Europa, Mesopotamia, Egipto, Indo,…) con diversos nombres y distintos matices, hasta que las autoridades eclesiásticas distorsionaron o hicieron desaparecer su primitivo sentido original y convirtieron al Dios Astado de la fertilidad (Cernunnos, Osiris, Pashupati, Pan, Dionisio, Akerbeltz, etc.) en el mayor enemigo de la cristiandad.”
Guillermo Piquero, “El calendario arcaico
En las festividades del calendario druida del neopaganismo se invoca particularmente a Cernnunos en tres oportunidades. La fiesta de Cernnunos, el 20 de diciembre, antes del Sabbat de Yule solsticio de invierno para señalar el próximo retorno de la luz. Y el 4 de abril, cuando de festejaba Cernunos como símbolo de poder y abundancia. Y el 1° de noviembre, en la oportunidad del Sabbat de Samhain, se invocaba a Cernnunos orientado hacia el oeste, simbolizando la desaparición de la luz.
La figura de Cernunnos siempre estará relacionada a la magia y el misterio de los bosques aguardando en lo más profundo del las tierras virgenes, esperando a que llegue el día de volver a enseñarnos el camino de la naturaleza. En el aire del bosque siempre flota la promesa de esta revelación…
NOTAS:
Un dios astado es un término sincrético moderno utilizado entre los neopaganos influenciados por la religión wicca, el cual unifica a numerosos dioses de la naturaleza de una amplia y dispersa serie de mitologías como el céltico Cernunnos, el inglés Herne el Cazador, el egipcio Osiris, el indio Pasupati, el griego Pan, el romano Fauno y el galaico Vestio Alonieco. Todas estas deidades masculinas siempre son representadas con cuernos y en asociación con la naturaleza. Murray seleccionó y editó copiosamente textos donde exponía el argumento de que las brujas que se encontraban en los bosques eran las herederas de un culto a la fertilidad paneuropeo venerando a un Dios Astado.
FUENTES:
- Wikipedia
- El Ciclo Mitológico irlandés y la Mitología Céltica de H. d’Arbois de Jubainville
- El Dios de los Brujos (The God of the Witches) escrito por la antropóloga Margaret Murray, (1931).
- Pequeño diccionario de Mitología Céltica de Jean Markale
- Los Druidas de Jean Markale
- Los Celtas de Jean Markale
- https://asturiense.blogspot.com/2011/10/cernunnos-el-senor-cornudo-del-bosque.html
- El grial y la Serpiente por Gardiner Philip, Osborn Gary (2006) Barcelona. Ediciones Minotauro.
- http://institucional.us.es/revistas/taurinos/18/art_3.pdf
Que belleza, gracias por la compartir la información
Muchas gracias por brindar una info tan completa y bien explayada, me ha sido muy útil.