ARADIA: EL ORIGEN DE LA BRUJERÍA.
La brujería como medio de resistencia social.
La brujería es rebelión, es un intento de revolución femenina. Centrémonos en las brujas y hechiceras, que no eran otra cosa que mujeres con amplios conocimientos de astronomía, matemáticas, medicina, filosofía, espiritualidad, entre otras cosas; eran principalmente mujeres reconciliadas y conocedoras con su cuerpo y todo lo que ocurría allí: menstruación, embarazos, abortos, lactancia, infección, etcétera; conocedoras también de su propia sexualidad y placer… mujeres con una amplia autonomía y determinación.
El culto pagano a Diana.
El culto pagano a Diana, origen de la brujeria, se inicia en la adoración romana precristiana a dicha diosa, en todas las tradiciones matrilineales religiosas, en las mujeres sabias y las tradiciones mistéricas de las mujeres alrededor del mundo. La brujería como arte ,y por añadidura los rituales forman parte de una serie de sistemas de creencias paganas, que fue pensado para ofrecer el control del mundo a través de ritos y encantamientos.
Las sacerdotisas de la diosa eran iniciadas en su culto con ritos misteriosos y crueles, como los latigazos hasta sangrar. Estas se emborrachaban durante la celebración de sus misterios con bebidas y pociones que favorecían las visiones del mundo ultraterrenal de Hecate, una de las personificaciones de Diana.
El erudito inglés Charles G. Leland fue uno de los primeros autores modernos en percatarse de la existencia y supervivencia de los antiguos cultos brujeriles en la Toscana, Italia. Estas doctrinas, por un lado, se mezclaron con el cristianismo como solía ocurrir con todas las demás doctrinas religiosas de todos los pueblos, creando nuevas vertientes sincréticas, cosa que pasa ahora mismo en Italia, y a este sincretismo se le denominó Streghonería. Diferente es la Streghería, que es como se preservó sin aditivos cristianos, de una pureza meramente pagana.
El Culto a Hecate.
Diana se transforma en Hecate durante la fase de luna menguante. Esta divinidad es considerada por los griegos la inventora de la magia, la patrona de los sortilegios y encantamientos. En los cuentos las brujas son vistas casi siempre como horribles viejas con la nariz grande, que aterrorizan nada mas verlas. Estas reflejan mas o menos el aspecto de Hecate.
Por sus conocimientos infernales, Diana-Hecate era invocada por magos y brujas. Era la diosa de la oscuridad, de la muerte, de los fantasmas y del terror, y se decía que iba a las tumbas para beber la sangre de los cadáveres, y que provocaba locura y epilepsia a los vivos. Las brujas medievales le hacían ofrendas de carne de perro.
La estrecha conexión entre la diosa Diana y la brujería, con el cristianismo sufrió un fuerte declino en la Europa medieval, en favor de Lucifer. Diana era adorada como una diosa de los pobres, los oprimidos y perseguidos por la Iglesia Católica . Para asegurarse de que el culto a la brujería continuara, envió a su hija Aradia para liberar a los esclavos de los opresores y difundir el culto de la diosa .
En Italia, hasta hace un siglo, el nexo entre la luna y la brujería era aun muy fuerte. La Iglesia catòlica había intentado durante mucho tiempo eliminar la brujería, pero la antigua religión lunar estaba todavía muy difundida. La Iglesia afirmaba que las brujas adoraban a Satanas, pero probablemente a quien adoraban era a Diana. No deberíamos sorprendernos de que la Iglesia las persiguiese, ellas creían que la creación estaba ligada al principio femenino mas que al masculino.
La Diosa Diana representa a la Luna, cuyo símbolo se usa para representar el plano astral, ya en otras vertientes esotéricas la luna representaba el lugar de descanso de las almas, de los antepasados. Ella es el Abismo Divino donde todas las cosas son conocidas. Ella representa la sangre que fluye dentro de nosotros.
Y se incluye a Lucifer como el gran dios cornudo, “El portador de la luz.” Él es el Maestro de la Caza Salvaje, el Señor de la Sabiduría y el Mal gobierno, el Guardián del Abismo y la puerta entre las dimensiones. Él representa el alma o espíritu universal que nos anima. Está libre de la opresión y de la sumisión, y en su antiguo aspecto nos ha otorgado la libertad que persigue nuestra verdadera voluntad. Tinia es su nombre etrusco, significa trueno o relámpago.
La brujería era una especie de rebelión contra el orden establecido por la Iglesia, y más precisamente de la mujer hacia el poder ejercido por el hombre. Común como lo ha sido en los últimos siglos, la práctica de la magia es un arte reservado y perseguido y por lo tanto arcano (ha de permanecer oculto y ser solo revelado a iniciados) y hay pocos registros escritos. Tiende a ser transmitido de madres a hijas y nunca se reveló a extraños
¿QUIÉN ES ARADIA?
Aradia es la hija mesiánica de la diosa Diana, venida a la tierra para enseñar a los pobres y a los oprimidos la brujería como medio de resistencia social.
«¡Aradia, Aradia! Te Suplico
¡por el amor que ella profesó por ti!
¡Y por el amor que yo siento también por ti!¡Te invoco para que me
concedas la gracia que pido!
Aradia o El Evangelio de las Brujas de Charles Godfrey Leland.
La figura de Aradia aparece por vez primera en la literatura en 1899, en el libro Aradia o El Evangelio de las Brujas de Charles Godfrey Leland.
Aradia o El evangelio de las brujas, es un libro escrito por el folclorista estadounidense Charles Leland y publicado en 1899. Una mujer llamada Maddalena le dijo que pertenecía a un antiquísimo linaje de brujas que habitaban en la Toscana desde la época de los etruscos. Entregó a Charles Leland un manuscrito, el “Vangelo”, que recogía los ritos y creencias de una antigua religión relacionada con la brujería. Charles Leland estaba muy impresionado por aquella cosmogonía: «En todos los demás escritos de cada raza del hombre (…) fue creado el universo, mientras en la brujería el origen primigenio es la mujer». Lo tradujo y completó hasta conformar el “Aradia: El Evangelio de las brujas”.
Nada se sabe de la enigmática bruja Magdalena, tan solo que se trataba de un personaje mayor dentro de un clan hermético y oscuro, emigrado de Italia al floreciente Estados Unidos de finales del S. XIX . Maddalena probablemente se veía como una bruja muy diestra en los antiguos ritos y afirmaba pertenecer a un antiquísimo linaje que provenía de los etruscos.
Algunos pasajes del texto de Leland están relacionados con la antigua mitología, mientras que otros evocan los relatos populares de brujas, criaturas y espíritus diversos. La verdad de la historia de Aradia está mezclada con diferentes mitos y leyendas, dando vida a una obra monumental que insufló nueva vida en las creencias paganas.
El evangelio de las brujas, es algo más que un mero tratado de historia o de antiguos conjuros, es un alegato, pagano, de justicia e igualdad que, frente a la imposición de las férreas normas de la iglesia y la opresión de la mujer, es una forma de rebelión y justicia para los oprimidos. El libro contiene un interesante mito relacionado con el nacimiento de la brujeria:
«Diana fue creada antes de todos los demas seres y fue dividida en dos partes, oscuridad y luz. Lucifer, su hermano e hijo, era su mitad y era la Luz. Cuando Diana vio la belleza de la luz de Lucifer, deseó recibir la luz reflejada en la oscuridad, pero Lucifer huyó de ella bajando a la tierra. Entonces tambien Diana bajó a la tierra donde, segun el Evangelio, cumplió el primer acto de brujeria. Su hermano Lucifer poseia un bonito gato que de noche dormia siempre en su cama. Diana sabia que en realidad era un espiritu disfrazado y lo persuadió para que cambiara de forma y estuviera con ella en la cama del hermano. De esta unión ella dio a luz una hija, Aradia.
Lucifer, cuando despertó, se enfureció, porque la luz había sido conquistada por la oscuridad, pero nuevamente Diana lanzó un encantamiento sobre él y lo calmó. Entonces creó la rueda de la vida y obligó a Lucifer a girar la rueda. Creó también el cielo con las estrellas, e hizo caer la lluvia sobre la tierra, convirtiéndose en Reina de las Brujas.
En señal de libertad las brujas debian tocar musica, cantar y bailar desnudas. Y como cena debian comer dulces a base de carne, vino, sal y miel, preparados a la sombra de la luna creciente y consagrados a Diana según un preciso ritual.
De esta forma Diana fue adorada durante muchos siglos, y estos ritos aun sobreviven en la brujeria moderna. Fue asociada a las criaturas del mundo de las hadas, tanto que ha dado origen al termino sardo (de Cerdeña) jana, al toscano giada, al austriaco xana o al rumano zina, todas palabras traducibles por «hada».
En «Aradia: El Evangelio de las brujas» encontramos que además de un prefacio y un apéndice, consta de 15 capítulos, contiene ritos, hechizos, conjuros e historias relacionadas con la brujería, que son la base de una contra religión opuesta al catolicismo y la jerarquía dominante. El texto describe los credos y ritos de un movimiento religioso oculto relacionado con la brujería en la región italiana de Toscana. Leland asegura que tal movimiento ya existía desde hacía siglos en el momento en que él lo descubrió, la década de 1890.
En este libro Aradia era la hija de la diosa Diana que fue enviada por su madre a la tierra para que enseñase brujería a los humanos más desfavorecidos para ayudarlos en su lucha social. Es una especie de figura mesiánica. Cuando Diana vio la pobre gente oprimida por los poderosos, un día le dice a su hija Aradia:
Sin duda es cierto que eres un espíritu,
pero naciste para volver a ser
mortal; debes bajar a la Tierra
a enseñar a hombres y mujeres
anhelantes de estudiar la brujería en la escuela.
Pero no serás como la hija de Caín,
ni como aquella raza que se ha hecho finalmente
perversa e infame a fuerza de sufrir,
como los judíos y los zíngaros vagabundos,
todos ellos ladrones y truhanes; como ellos
no debes ser….Y seras la primera de todas las brujas conocidas;
la primera de todas en todo el mundo;
y enseñarás el arte de envenenar,
envenenar a aquellos que son los grandes señores de todo;
sí, les harás morir en sus palacios;
y encadenarás el alma del opresor (con tu poder);
y cuando encuentres a un campesino que sea rico,
entonces enseñarás a la bruja, tu alumna, cómo
arruinar sus cosechas con crueles tormentas,
con rayos y con truenos (terribles),
y con granizo y viento…
La diosa Aradia, se encarnó para instruir en las artes de la brujería a los campesinos y así, estos tuvieran la capacidad de defenderse de los señores feudales y de la Iglesia católica. Diana instruyó a su hija en la brujería, y a su vez, Aradia instruyó a sus primeras seguidoras. Sus primeras discípulas fueron esclavas que escaparon del dominio de sus amos para convertirse en ladronas y a las que Aradia enseña brujería para que persigan a los opresores y malvados que pueblan la tierra.
El texto sigue narrando como Aradia, quien es hija de Lucifer, (haciendo clara referencia al diablo cristiano) y de la diosa pagana Diana; enseña a sus alumnos todo tipo de brujería, a defenderse de los opresores y a seguir una comida ritual que se celebrará cada Luna llena. Maddalena pone en boca de Aradia las siguientes palabras:
“Cuando haya partido de este mundo
cualquier cosa que necesitéis
una vez al mes, cuando la luna esté llena
debéis venir a un lugar desierto
o un bosque y os reuniréis
para adorar el gran espíritu de vuestra reinaMi madre, la gran Diana. Ella querrá
impartir la brujería
a quien no la conozca aún.Mi madre os enseñará todas las cosas
Seréis libres de la esclavitud
Y así seréis todos libres.
Hombres y mujeres estaréis todos desnudos.
Y hasta que no haya muerto hasta el último
de los opresores,
haréis el juego de la moccola di Benevento,
y haréis una cena después.”
Aradia buscaba la libertad de los oprimidos, la libertad de cada persona y el resurgimiento del paganismo; enfrentándose a la oposición primero de sus propios padres y después de la iglesia católica y de la nobleza. Hace un pacto con sus discípulos, instituyendo los Boschettos (Covens) y señalando como y cuando deben celebrarse las tregendas, (que la iglesia llamaría el Sabbath de las brujas, o aquelarre); para cuando ella se marchase del mundo.
Cuando Aradia dejó la tierra, estableció que las brujas deberían encontrarse cada mes con la luna llena en un lugar aislado, para adorar el espíritu de Diana, su Señora. Y cualquier cosa que pidieran al espíritu de Aradia, se otorgaría a los que merecieran su favor. Y así deben brujas y brujos invocarla:
¡Así busco a Aradia! ¡Aradia! ¡Aradia!
En la medianoche, en la medianoche entro en un campo
y conmigo llevo el agua, el vino, y la sal,
llevo el agua, el vino, y la sal, y mi talismán
mi talismán, mi talismán,
y una pequeña bolsa roja la que alguna vez sostengo en mi mano
el engaño dentro, el engaño dentro, la venta,
con la sal en ello, en ello.
Con el agua y el vino que me bendigo,
me bendigo con la devoción para implorar un favor de Aradia,
Aradia. ¡Aradia! ¡Mi Aradia!
El Arte te hizo mi hija,
con él que era el más malo de todos los espíritus,
quién desde antaño ha reinado en los infiernos cuando fue expulsado del cielo,
Quién con su hermana te engendró a ti,
Pero como tu madre se arrepintió de su defecto,
Y deseó por compañero a un espíritu quién Debía ser benévolo,
¡Y no malévolo! ¡Aradia, Aradia! Te Suplico!
¡por el amor que ella profesó por ti!
¡Y por el amor que yo siento también por ti!
¡Te invoco para que me concedas la gracia que pido!
Y si esta gracia es otorgada, manifiéstese ante mi uno de estos tres signos claramente:
El silbido de una serpiente,
La luz de una luciérnaga,
¡El sonido de una rana!
Pero si rehúsas conceder este favor…entonces no conocerás en el futuro ni paz ni la alegría. Y seas obligada a buscarme en la distancia. Hasta que vengas, rápido, a otorgarme mi deseo, y entonces podrás regresar de nuevo a tu destino. ¡Que así sea!
Aradia, un ser primordial, mezcla de ángel y demonio
Leland describe a Aradia como un ser primordial, mezcla de ángel y demonio, sin inclinaciones concretas hacia el bien o hacia el mal, o mejor dicho, con una agenda propia, que muchas veces puede contrastar poderosamente con la ética y la moral de los hombres. No obstante, la mayoría coincide en inscribir su doctrina dentro de la magia blanca. Araria equivale al concepto femenino de guerrero o chaman que protege de sus enemigos, a las mujeres que la siguen y la invocan
En Aradia o el evangelio de las brujas, Leland supone que las brujas de la Toscana son las únicas que han conseguido preservar intacta la antigua sabiduría de Aradia, sin desviarse hacia un culto más oscuro y siniestro, como el de Lucifer, más asociado a la magia negra.. Se concibe la brujería en dicho libro como una religión vinculada con el mundo de la naturaleza y de lo sobrenatural, al mismo tiempo. Un dogma que vincula lo real con la significación de los hechos y los actos en la propia naturaleza humana.
Expone también una sociedad eminentemente matriarcal. Se nos narra también la opresión de los antiguos saberes depositados en las mujeres más ancianas y más sabias. La propia opresión de la iglesia católica hará que estas mujeres se reúnan en lo más oscuro y profundo del bosque para compartir sus conocimientos, y en un ritual humano, se den rienda suelta a los instintos más básicos y carnales, aquellos que hacen del ser humano un animal.
ARADIA SE IDENTIFICA CON LILITH
Al margén de las conjeturas de Leland, Piperno y otros escritores hipotetizan una identificación de Erodiade con Lilith en los rituales de brujeria.
El nombre de Aradia, proviene de Herodias que significa estrella. Sobre el nombre Aradia, el mismo Leland cree que se trata de una variante italiana del nombre de Herodías, por cuya intervención decapitaron a Juan Bautista. Leland identifica a Aradia con Erodiade, escribiendo:
«…el nombre no deriva de Erodiade del Nuevo Testamento, pero una copia más antigua de Lilith que tiene el mismo nombre… en el siglo sexto el culto de Erodiade y Diana por parte de las brujas fue condenado por la iglesia en el Concilio de Angora».
En la historia de los juicios de las brujas recurre de hecho esta asimilación: Diana es a menudo puesta al lado de la figura de Erodiade, como en el proceso de Milán de 1390 contra Sibila de Laria y Pierina de Bugatis.
Algunos antropólogos sostienen que Erodiade es la canalización, en el imaginario colectivo, de la rebeldía en contra de la imposición y el autoritarismo de la iglesia en los años de su máximo apogeo durante el S. XVI y XVII. Algunos especialistas vinculan directamente este personaje femenino con Lilith, la madre de todos los vampiros.
Teoria mas oscura y antigua, indica que Aradia es una deformación de Herodias – Erodiade, no de aquella mujer del Antiguo Testamento, sino de la propia Lilith, la madre de los vampiros; una asociación que ya había sido establecida por Jules Michelet en su obra: Satanismo y brujería (La Sorcière).
Dentro de esta tradición, Aradia (Lilith) habría sido engendrada por Ardat. A su vez, daría a luz a Alouqua, otra tenebrosa deidad relacionada a los vampiros, y a los Lilim, aquellas criaturas nocturnas que tanto pavor infundían a los pueblos antiguos. De hecho, el culto de Aradia se mantuvo firme, por lo menos, hasta el siglo VI d.C., donde fue enérgicamente condenado por el Concilio de Ancyra.
La obra de Leland también inspiró nuevos libros, entre ellos el famoso El encargo de la Diosa. Estas publicaciones suenan muy convincentes y aseguran contar la auténtica leyenda de la diosa. Sin embargo, su información continúa siendo incierta por estar basados muchos de sus capítulos en el libro que publicó Leland en 1899. Y en la imagen que Leland nos describe, Aradia aparece como un personaje sexual y sensual, cuyos poderes como bruja son mayores que los de muchos otros.
ARADIA, LA BELLA PEREGRINA Y LA «STREGHERIA» ITALIANA
¿Pudo ser Aradia fue una figura histórica llamada Aradia di Toscano nacida en 1313 al norte de Italia? Leland nos narra:
“Luego de haber obtenido un vestido de peregrino, ella viajó por todas partes, enseñando y predicando la religión de los viejos tiempos, la religión de Diana, la Reina de las Hadas y de la Luna, la diosa de los pobres y los oprimidos. Y la fama de su sabiduría y belleza se extendió por toda la tierra, y la gente la adoró, llamándola La Bella Pellegrina (la Hermosa Peregrina).”
Raven Grimassi creador de la Stregheria, una corriente de la tradición neopagana, señala que la Aradia que aparece en la obra El Evangelio de las Brujas, de Charles Leland, es una «versión cristianizada distorsionada» de la historia verdadera de Aradia. Grimassi en 1981 en su Libro «Santa Strega» describe las prácticas de brujería italiana y sus enseñanzas, y se identificó a Aradia como la fuente de su renacimiento.
Grimassi, brujo e investigador del neopaganismo desde 1969, señala que la Aradia que aparece en la obra de Charles Leland, es una “versión cristianizada distorsionada” de la verdadera historia. Raven Grimassi, afirma que Aradia quien dirigió a un grupo de «brujas adoradoras de Diana» en siglo XIV en la región de Toscana, Italia, fue una figura histórica llamada Aradia di Toscano , también conocida como «La Santa bruja» o «La Bella Peregrina» («The Beautiful Pilgrim»), que pasó a utilizar su poder para desafiar el orden existente en la Italia del siglo 14. Reclutó seguidores (llamados «La Tríada Clanes») de la región del Lago de Nemi del centro de Italia, que fueron responsables de la transmisión de «La Vecchia Religione», la «vieja religión» de la brujería italiana.
Históricamente este culto estuvo señalado en los juicios de brujas más tempranos, los que nos lleva a admitir que es un culto genuino. Gran parte de esta tradición se mezclaría posteriormente con la cultura gitana. Por esta razón sería precisamente una gitana llamada Maddalena la que iniciaría a Charles G. Leland en el mundo de la Streghería.
En el norte de Italia existe una vieja leyenda llamada «La hermosa peregrina» que da cuenta de una bella y poderosa mujer que recorría campos y caserios predicando en el nombre de la Poderosa Reina del Cielo. ¿Se trataba de Aradia de Volterra?
Aradia de Volterra.
La línea divisoria diosa y bruja, o entre bruja y santa, era muy delgada en la antigüedad.
Aradia de Volterra nació según la leyenda el 13 agosto de 1313 en la Toscana, Italia. Por supuesto, existen razonables dudas sobre si esta fue su real fecha de nacimiento, debido al intrínseco valor mágico de los números. No obstante, es un hecho aceptado dentro de las investigaciones posteriores sobre su persona, que Aradia debió nacer probablemente entre los años 1312 o a 1315.
Sin embargo, el enorme simbolismo que posee el día de su nacimiento – 13 de agosto – despierta serias dudas sobre su veracidad. Según la antigua Tradición de la brujería Italiana esta era la fecha del festival sagrado en honor de Diana Cazadora, venerada por la Stregheria. Además, para otras tradiciones de la brujería el 13 de agosto es la fiesta de la Diosa Hécate, señora de la Brujeria y las encrucijadas, por lo que es lógico pensar que se hizo coincidir ambas fechas como analogia de la dualidad del poder de la naturaleza: tanto en la luz, como en la oscuridad, el poder de la bruja.
Tanto la historia como la leyenda coinciden en que Aradia fue Iniciada y consagrada en el arte de la brujería italiana o Stregheria por su tía, la hermana de su madre. Se le atribuye también a la rama materna de su familia la cuidadosa recopilación de las tradiciones orales que daban forma a la Stregheria y que para el siglo XIV, se encontraban perdidas u olvidadas. Gracias a esta labor, que Aradia continuó y apadrinó durante su vida, se logró reunir antiguos rituales, tradiciones y hechizos mágicos en un voluminoso libro de las Sombras llamado posteriormente «el libro de Aradia», gracias al cual la Antigua Religión en Italia resurgió sobre sus cenizas. El libro de Aradia, posteriormente fue ampliado, corregido y tomado como referencia para muchos otros libros o recopilaciones mágicas, aunque el original continuó siendo el libro de las Sombras de la familia Volterra.
Algunas de las características que se le atribuyen a Aradia son las siguientes: Llamar a los cuatro espíritus, saber la Voz de el Viento, poseer el conocimiento de transformación, poseer el conocimiento de la adivinación, saber y entender las señales secretas, curar la enfermedad, impulsar la belleza, tener influencia sobre las bestias salvajes, saber los secretos de las manos, entre otros muchos atributos.
Tales creencias tienen sus raíces en antiguos rituales de fertilidad, de núcleo fundamentalmente tribal. La endogamia era considerada una práctica sagrada y se alentaba a ella, bajo la tesis que los dones y la fuerza adquirida de la bruja se doblaba en la siguiente generación. En otras palabras, se sospechaba que los dones psiquicos y de otra indole podían tener un fundamento fisico, por lo que las viejas tradiciones insistian en uniones entre parientes cercanos ( primos, incluso tios y sobrinas) en la busqueda de la conservación de lo que usualmente era llamado «El don de la Diosa».
Existe una abundante información sobre la labor llevada a cabo por Aradia y su familia en los informes que párrocos y otras figuras eclesíasticas, enviaban a Roma. Resulta curioso que muchos de los casos, las prácticas mágicas de Aradia tenian menos peso en las acusaciones contra ella, que las aseveraciones que la señalaban como responsable de » adoctrinar a los jovenes contra el poder de la iglesia» y predicar una «inexistente igualdad entre pobres y ricos». Es sábido que muchos pueblos Italianos se levantaron en armas contra la jerarquia de la Iglesia, debido a los abusos que se comentian usualmente contra los habitantes, especialmente durante el cobro del diezmo obligatorio. Aunque tales rebeliones no tuvieron eco y fueron ahogadas, la mayoría de las veces, por la acción de los ejercitos de diversos estados pontificios, al parecer la semilla de la disconformidad estaba sembrada. Aunque fueron pocos los episodios armados registrados entre 1338 y 1340, si hubo un notable incremento de las prácticas de «ciencias diábolicas» por parte del pueblo daño, fenómeno que muchos históriadores interpretan como una forma de oposición a los cánones de la Iglesia establecida.
Había un inquisidor de nombre Bernardo Rategno, autor de un libro llamado «Tractatus de Strigibus», de 1528 que demostró el rápido crecimiento de la brujería en Italia 150 años. Para él, la brujería Italiana tenía su origen en los cultos paganos practicados por los campesinos de manera tradicional, popularizados en la Península Ibérica y la Bota itálica hacia el año 1300. Es este libro donde por primera vez, tenemos una huella de la labor llevada a cabo por Aradia y la familia Volterra: Aunque no se les menciona directamente, si se acusa a «familias encumbradas y de regiambre» de propagar cultos «demoníacos» a la gentes sencillas del sur de Italia.
Por extraño que parezca, Aradia de Volterra jamás fue acusada de brujeria o herejia. Por el contrario, fue considerada una ciudadana ejemplar y a pesar de las prácticas de su familia, jamás fue procesada por la inquisición. Existe la teoría que fue protegida por practicantes de la Brujeria dentro del seno mismo de la Iglesia Católica, aunque tal extremo jamás ha podido ser comprobado.
TEORIAS SOBRE EL ORIGEN DE ARADIA
Magliocco sugiere que Aradia debía ser una criatura sobrenatural relacionada con el folklore italiano. La especialista ha identificado a Aradia con la figura de una bruja legendaria, probablemente la de una leyenda popular de la isla de Cerdeña conocida en la tradición como “Sa Rejusta”.
Otra hipótesis nos llega de Mircea Eliade, historiador de las religiones rumano que vivió entre los años 1907 y 1986. Eliade sugería que el nombre de Aradia provenía de Arada y Irodiada, nombres populares de la famosa Reina de las Hadas. En la cultura rumana Arada estaba vinculada a Diana, y era patrona de un grupo de bailarines que existió hasta finales del siglo XIX, aunque es posible que continuaran sus actividades en secreto hasta nuestros dias.
Aidan Kelly, co-fundador de la Orden Ortodoxa Nueva Reformada de la Aurora Dorada, ofrece una historia alternativa en su documento de 1992 titulado «El Evangelio de Diana» (que tiene una difusión amplia, sin embargo, no se ha propagado en los círculos paganos contemporáneos). Kelly describió sacerdotisas madre e hija humanas mortales que habían enseñado la brujería religiosa a través de los siglos, con nombres alternando entre Aradia y Diana.
Carlo Ginzburg, escritor y ensayista que en el libro “Historia Nocturna” se ocupó del fenómeno de la brujería popular desde un punto de vista histórico y antropológico, hace derivar el nombre de Aradia de la unión de los nombres de Hera y Diana, ambos supervivientes al advenimiento del cristianismo y unidos en una figura compuesta de nombre Heradiana o Herodiana.
ARADIA, LA REINA DE LAS HADAS
Aradia, la Bella Peregrina, es una de las diosas mas reconocidas en la brujeria actual, en especial en la Wicca y en la Stregheria.
Aradia es la hija mitológica de Diana, la Reina de las hadas y de las brujas. Por un lado tenemos a la Aradia historica, una mujer, nacida en Toscano en el año 1313 que se enfrento al poder eclesiastico y feudal, enseñandole a los oprimidos las artes prohibidas. Por otro lado, tenemos a la Aradia como Diosa, como hija de Diana, diosa de la Luna y la Noche, y de Lucifer, dios del Sol y del Dia.
Algunas tradiciones Wicca utilizan el nombre de Aradia como uno de los nombres de la gran diosa, diosa de la luna o la «reina de las brujas». Algunas partes del texto de Leland influenciados por el libro de las sombras de Gerald Gardner , en especial la «carga de la diosa», y Alex Sanders invocan a Aradia como una diosa de la luna en la década de 1960. Aradia es una figura muy importante en la tradición de brujería italiana de Stregheria, especialmente en lo que se practica en los EE.UU.
La Streghería concibe a la Naturaleza como sagrada y a la Magia como una forma benévola de desarrollo espiritual. Utilizan elementos comunes a la magia popular como el círculo, el athame, el altar pagano, los cinco elementos y el caldero. Esta vertiente está radicada actualmente en Norteamérica.
Se considera una religión de la naturaleza, por ello, a pesar de tener un predominante origen matriarcal, reconoce la polaridad de géneros, personalizados como el Dios y la Diosa; la diosa media luna y el dios cornudo: La Diosa Diana o la gran diosa madre Uni y su consorte Tinia (consorte masculino/Dios Cornudo/Lucifer). Son ellos dos los principales, los señores del bosque y el campo, dentro de un panteón de Dioses y espíritus elementales y familiares.
En la Leyenda de la Santa Strega, Aradia, habla de si misma de esta manera:
«Muchas personas comenzaron a discutir entre sí en relación con Aradia. Sus discípulos se acercaron a ella y le dijeron: «Mi Dama, algunos dicen que eres profetisa, y otros dicen que eres una maga, ¿qué le vamos a decir a quienes pregunten por usted?
Aradia cogió un puñado de tierra, y mirando a la multitud, dijo:
Yo soy la hija del Sol y la Luna. Yo soy la Tierra. Yo soy el amor a la Libertad, que es el amor de los Dioses. Y todo aquel que cree en mí, el mismo será un hijo de la Madre y del Padre que habitan en todas las cosas.»
En varios de textos menores se hace referencia a la presencia de Aradia como la reina de las hadas, termino que ha llevado a la confusión, debido a que es la misma denominación que se le adjudicaba a la Mitica Morgana de Avalón. Finalmente, tenemos la aproximación más popular al mito de Aradia, aunque podríamos decir el menos exacto «El evangelio de las brujas » de Leland, donde se hace referencia a la figura de Aradia, en boca de su madre Diana como: «la Reina secreta de las Hadas». Este es el motivo por el cual se ha llegado a especular si Morgana, como figura Folklorica, no es más que una progresión inglesa del mito italiano de Aradia.
Siempre hay historiadores que afirman que Leland se inventó su evangelio, por mucho que él afirmará que existía ese culto mucho antes de que él relatara su existencia. De todos modos, cuales quiera que sean los orígenes de Aradia, ella sigue siendo parte importante del mito de la diosa Diana. El texto de Leland es uno de los libros clave de la brujería moderna, y también una de las más fascinantes obras de la investigación literaria, mitológica, histórica y del folklore.
Existen al menos dos libros escritos en la época moderna que hacen referencia la figura de Aradia como personaje histórico real. Tenemos en primer lugar a Witches de Lethbridge, publicado en 1962 y Ecstasies: Descifrar a las brujas: El Sabbath de Carlo Ginzburg, publicado en 1991. Sin embargo, debo decir que Ginzburg hace referencia a una secta de Paganos conocida como el Calusari durante sigloXVI, quienes adoraban a un deidad conocida como Aradia o Irodesea. En cualquier caso, el nombre de Aradia como tal, aparece continuamente en textos mágicos, aunque no con propiedad histórica: se hace referencia a ella como parte de la tradición de la Brujeria Italiana, por la que fue absorbida y mimetizada hasta convertirse en mito.
Sobre la figura histórica y emblemática de Aradia, se han tejido diferentes hipótesis y una rica mitología mágica.
¿Cual es la verdad y donde comienza el mito? Tal vez nunca lo sabremos. Sin embargo, la historia de Aradia continua siendo el símbolo vivo de renacimiento de las Tradiciones más Antiguas en la memoria social y humanística del hombre. La magia, en realidad, es la expresión más antigua de nuestra capacidad de creación y como tal, totalmente irreprimible.
Creer o no creer, he ahí la cuestión. «Eu non credo , mais haberlas, haylas»
FUENTES:
- Wikipedia
- Aradia o El Evangelio de las Brujas. Charles Godfrey Leland. 1899
- http://silvercircle.es/wp-content/uploads/2013/04/CLeland-ARADIA-El-Evangelio-de-Las-Brujas.pdf
- Historia del satanismo y la brujería: Jules Michelet
- Rosemary Ellen Guiley, The Encyclopedia of Witches and Witchcraft , 1989
- Doreen Valiente, The Rebirth of Witchcraft , 1989.
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